Todos los años esperamos las vacaciones de navidad “como agua de mayo”. Es bien sabido que son las más largas y en las que más se puede desconectar. Pero como siempre, todo lo bueno se acaba y ya nos encontramos otra vez de vuelta a los 40 graditos, la arena roja y montañas de trabajo que cubren nuestras mesas esperando a que volvamos a coger el ritmo.
Aunque cueste una barbaridad volver, tengo que reconocer que el break y el tiempo en España con la familia ha venido divinamente, aunque como todo el mundo dice cuando le preguntas por las vacaciones “ha sabido a poco”
Lo único que puedo decir es, mucho ánimo con la cuesta de Enero!
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