sábado, 30 de agosto de 2014

Península del Cabo




Con poco menos de un día en Cape Town y muchas visitas sociales, no quedada mucho tiempo para poder visitar la ciudad que llevaba más de un año queriendo pisar. Mi primera opción era visitar la Table Mountain, ya que daban un día de romper y esos escasean por esas latitudes. Desgraciadamente tuvimos la mala suerte de que el teleférico que sube a la table mountain estaba cerrado por mantenimiento así que me quedé sin mucha idea sobre qué hacer/ver en tan poco tiempo.

Al final me dejé aconsejar y nos fuimos a recorrer en coche la Península del Cabo, desde Kalk Bay hasta Bloubergstrand. El recorrido nos llevó unas 3 horas, aunque sí que recomendaría destinar un día entero a ello, ya que me quedé con ganas de parar en algunos pueblos y no llegamos a bajar hasta el Cabo de Buena Esperanza. Dentro de lo malo no me preocupó demasiado porque en poco más de dos meses volveré y eso está en negrita y con mayúsculas en el itinerario.

En la zona este de la península se encuentran pueblos como los de Simons Town, Fish Hoek o Kalk Bay. En todos casos son pueblos costeros muy antiguos que en los últimos años han pasado a convertiste en lugar de vacaciones y por lo tanto te encuentras casas en bastante mal estado (las que son propiedad de sus dueños originales por decirlo de alguna manera) y casas muy bien cuidadas, a las que no les falta detalle y que son las que han sido adquiridas en los últimos años por la gente adinerada. El contraste es cuánto menos chocante.

Otra cosa que me llamó la atención es que en esta parte de la península, entre la carretera y la costa te encontrabas con vías del tren. El misterio se desveló unos kilómetros después cuando vimos un tren de vapor que transitaba por ellas. Sinceramente el recorrido tiene que merecer la pena. 



Investigué un poco a posteriori y descubrí que se trata de excursiones organizadas, algunas de ellas con actividades. El tren te lleva de Cape Town al lugar de destino de la excursión y vuelta. Desde mi punto de vista algo para plantearse si se dispone de tiempo.



Os dejo el enlace

http://www.atlanticrail.co.za/

La zona Oeste del Cabo empieza siendo un poquito más “salvaje” con menos pueblos y mucho más acantilado y verde.



Hay una playa muy bonita para los amantes de las playas salvajes y con dunas. Se llama Witsand, pero me da que es poco recomendable para el baño y/o pasar el día ya que al menos el día que yo estuve soplaba el viento que daba gusto.



La siguiente parada fue Kommetje, para sacar algunas fotos de la costa y de su bonito faro. 




Próxima parada, una de las playas más bonitas que he visto en todo el recorrido ya que no parece demasiado urbana, Nordoek Beach en Chapmans Peak. Su principal fuerte, que no está muy metida por el pueblo y el color del agua, apetecía tirarse!




Chapmans Peak resultó ser un bonito pueblo de veraneo.




Siguiente parada, lo que desde mi punto de vista es el plato fuerte del recorrido, la carretera que une Chapmans Peak con Hout Bay, tabién conocida coloquialmente como “carretera de los anuncios” ya que en ella se ruedan muchos anuncios de coche.

La carretera es espectacular, trascurre junto a la costa y en su mayor parte está excavada en los mismos acantilados. Tiene un guarda raíl de broma, así que mejor mantener la concentración en el viaje. Si te sales de la carretera no lo cuentas!





Decir que está transitada, se queda corto, pero sin lugar a dudas es un MUST. Para la persona que va conduciendo es un poco faena ya que no se puede distraer ni medio segundo, eso sí, hay varios miradores en el camino (hiper concurridos, eso sí) para parar a hacer fotos y disfrutar del paisaje. La carretera es de peaje, 38 ZAR que os aseguro que están más que bien invertidos.

Las vistas de Hout Bay desde algunos de los miradores eran espectaculares.




Mi recomendación es hacer el recorrido de Chapmans Peak a Hout Bay ya que vas pegadito al abismo y las fotos son mucho más molonas (así como la impresión).

El siguiente pueblecito que te encuentras es Llandudno. Desde mi punto de vista no merece una parada salvo que te guste el nudismo, ya que al parecer la playa que tienen allí, lo es.



A medida que te acercabas a Cape Town los pueblos se iban transformando en pequeñas ciudades, las casas unifamiliares se transforman en edificios y te da un poquito de pena lo que han hecho con las costa (véase Camps Bay y Sea Point), por lo visto en España no somos los únicos que nos la cargamos con ganas.

La zona de Sea Point y Camps Bay estaba a tope, no me quiero ni imaginar lo que puede ser Noviembre, hasta el punto de que no pudimos encontrar sitio para aparcar y comer.



Me llamó la atención el faro de Sea Point, que estaba “incrustado” en pleno paseo marítimo.



Por último nos quedaba cruzar Cape Town, camino de Bloubergstrand, nuestra parada técnica para pasar la noche.

Mientras cruzaba Cape Town, no tuve oportunidad de ver mucho de la ciudad, pero lo poco que ví no me llamó especialmente la atención. Todo el mundo habla de ella como si fuera la pera y sinceramente no me pareció para tanto. Sí que diré que los alrededores son IMPRESIONANTES, sí con letras mayúsculas, pero la ciudad en sí no me pareció nada del otro mundo. Veremos si cambio de opinión cuando la visite con un poco más de calma en un par de meses.

viernes, 29 de agosto de 2014

Spier Wine Farm




Como ya comenté, Stellenbosch está rodeado de viñedos y bodegas que puedes visitar y probar sus productos.

En la ciudad hay varias agencias que te ofrecen hacer Wine tours de un porrón de horas en los que te cuentan desde la historia hasta cómo se debe saborear el vino. Desde mi punto de vista, esta opción no era la más atractiva, para empezar porque no quería pasarme todo el día de un sitio para otro sin entender la mitad de las cosas que me dijeran. Además desde mi punto de vista lo más entretenido de una de visitar unas bodegas es el probar distintos tipos de vino, especialmente para una persona como yo que aún está debutando en ese mundo.

En base a esto decidimos irnos el sábado por la mañana a hacer una cata de vinos a Spier Wine Farm, una de las más recomendadas por las guías.





Las bodegas se encuentran a unos 10 minutos en coche de Stellenbosch y, tengo que decir que, desde mi punto de vista estaban demasiado explotadas. En su defensa señalar que están super cuidadas y que el entorno es espectacular. Tenía hasta un lago y un río con puentes que lo cruzan.





Nosotros entramos directamente a la zona de degustación. Como habíamos desayunado una barbaridad, nos decantamos directamente por la cata sin pedir ninguna comida de acompañamiento (se puede pedir aceitunas, tablas de quesos, biltong, tablas de carne, etc).

Como opciones de degustación había tres:

-          - Spier Tasting (35 ZAR): Esta opción consistía única y exclusivamente en probar distintos vinos producidos en las propias bodegas. Para ello dividían sus distintas variedades en tres bloques. En el primero tenías los “básicos” o más normales. De este bloque podías escoger tres. El segundo bloque eran sus “vinos creativos” es decir blended (mezca de distintos tipos de uva) de este se podía escoger otro.  Finalmente estaban los vinos reserva del que podías escoger uno también.

-          - Chocolate Tasting (50 ZAR): Esta opción incluía la degustación de 6 vinos de las bodegas junto con tres tipos distintos de chocolate. Sinceramente me pareció una mezcla un poquito rara.

-          - Frank K. Smit Tasting (90 ZAR): En esta opción se prueban los vinos de gama alta de las bodegas.

Creo que es bastante evidente por la opción que nos decantamos, el Spier Tasting, en un intento de que mi poco entrenado paladar pudiera ver si distinguía entre los vinos básicos y los de gama alta. Tengo que decir que a pesar de todo sigo sin distinguir un vino caro de uno barato. Sigo y seguiré guiándome por su sabor.

A pesar de todo nos lo pasamos muy bien, solo hay que ver la mesa, jejeje:

Antes



Después



Las catas de vinos las hacen en una sala enorme, tremendamente luminosa que tiene varias mesas y una isla central a modo de bar.





En una esquina tienen la tienda, bien aprovisionada para, una vez acabada la degustación, puedas comprar los vinos que más te hayan gustado. Evidentemente la diferencia en precio entre comprarlo en las bodegas y en el supermercado es bastante sustancial.



Tras la cata nos fuimos a dar un pequeño paseo por las instalaciones. El complejo es enorme, tiene hotel, área de conferencias, mercadillo de artesanía (desgraciadamente cerrado), dos restaurantes…….




Tengo que reconocer que no pude recorrerlo todo, ni mucho menos, pero de lo que ví lo que más me gustó fue la tienda de "picnics". 

Como decía el complejo tiene dos restaurantes, uno caro y pijillo (the Eight) y otro que más que un restaurante es una tienda de comida para llevar para que puedas hacer un picnic y sentarte en las mesas que tienen repartidas por el jardín, llamado Eigth to go Deli.



Sin lugar a dudas mi opción favorita y asignatura pendiente.

La tienda era ideal



Y la comida tenía una pinta impresionante.



Además en lugar de bolsas, tenían cestitas que podías utilizar para trasladar la compra al sitio seleccionada para el picnic.




El entorno para comer, también de 10.





Aunque como comentaba al principio, me parece que estas bodegas están bastante explotadas turísticamente, a falta de más referencias, me parece un sitio más que recomendable para visitar si se está de paso por Stellenboch. Lo que sí que recomiendo encarecidamente es quedarse a comer uno de esos picnics!



miércoles, 27 de agosto de 2014

Winelands Golf Lodges




Durante nuestra estancia de dos noches en Stellenbosch nos alojamos en un apartamento de los Winelands Golf Lodges. Se trata de un Lodge que se encuentra dentro de Zalze Golf Resort, una urbanización de lujo a 10 minutos en coche de Stellenbosch.

Stellenbosch tiene una gran oferta de alojamientos, muchos de ellos en las bodegas de los alrededores, que han construido hoteles, con muy buena pinta, en sus terrenos. Si tengo que ser sincera, no tuve tiempo de mirar muchas opciones, pero en Booking.com había comprobado que los tenían de todos los precios y gustos. 

La razón por la que nos decantamos por el Winelands Golf Resort fue muy sencilla. En Sudáfrica también existe Grupon y justo tenían una oferta por la que te alojabas dos noches por el precio de una. Viajando con un fanático del golf la decisión estaba bastante clara y la verdad es que no nos arrepentimos. 




El apartamento era impresionante, la casa que cualquiera querría tener. Lo que habría dado porque piso de Madrid (también conocido como la caja de cerillas) hubiera sido como ese apartamento. 

Accedías al mismo directamente por el salón/cocina/comedor, 




que tenía vistas a la piscina comunitaria.




La siguiente puerta de llevaba a la habitación, con una gran ventana que también tenía vistas a la piscina




y finalmente te encontrabas con el baño que tenía una bañera enorme así como una ducha en la que te podrías perder.





Además el apartamento tenía una pequeña terraza con una mesa, sillas y dos hamacas.



El complejo en el que está el hotel, impresionante. Compuesto por casa blancas construidas cada una en su propio estilo pero siguiendo unas líneas generales que me recordaban a las casas francesas.




Contaba además con restaurantes, 




tienda de golf 




y “club de campo”. 

Las zonas verdes comunes eran en realidad el campo de golf, cuidado y extremadamente verde (algo raro ya que en RSA estamos en plena temporada seca)




Si algún día soy rica quiero vivir en un sitio así!