viernes, 26 de febrero de 2016

Q8




Ahora que poco a poco se acerca la fecha de la mudanza me toca presentaros Kuwait, que como comentaba en el post anterior es conocida entre los locales como Q8, mi futuro destino.

Para bien o para mal, tuve una ventaja que no tuve cuando fui a Sudáfrica y es el lujo de haber podido hacer una pequeña incursión antes de la mudanza para poder tener una primera toma de contacto.

Tengo que reconocer que no hubo tiempo más que para una llevar unas primeras impresiones de la oficina, la obra y la conducción caótica típica del país.



El siguiente paso es decir que la primera visita ha sido mejor de lo esperado!!! Claro todo es más fácil cuando vas para solo una semana, veremos cuando tenga que pasar varias semanas del tirón.

En primer lugar es un país bastante modernizado, seguro y con unas costumbres islámicas algo más relajadas de lo que me esperaba, supongo que como resultado de la abundante población expatriada que tiene el país (2/3). Sí que es cierto que no encuentras cerdo por ningún sitio y que el alcohol también brilla por su ausencia, pero por lo menos te encuentras mujeres con el burka junto a otras en vaqueros. Además todo el mundo te habla inglés sin problemas aunque eso sí con un acento bien rarito.



Me llama la atención que la ciudad de Kuwait City está llena de contrastes, en la misma manzana te encuentras el rascacielos esculpido más alto del mundo la torrre Al Hamra, junto a un bloque de 2 pisos que ha conocido sin lugar a dudas mejores tiempos.


Eso sí, ver por la noche los edificios iluminados, predominantemente con la bandera Kuwaití debido a la proximidad del aniversario de la liberación del país tras la invasión Iraquí, impresiona y mucho.



Después está la fauna y el paisaje. Mientras en el Northern Cape, tenías que acudir a obra haciendo rally por una pista de tierra, aquí llegas casi hasta la puerta de la obra por una cómoda autopista de dos carriles. Ahora hemos cambiado el desierto del Kalahari con sus arenas rojas por las marrones del desierto de Shagaya, los stemboks por camellos y las granjas de los “farmers” por las tiendas de los camelleros. Nadie dijo que los cambios fueran fáciles!



La pregunta ahora sera como la de ese programa de la tele que tanto me gusta ¿lo amaré o lo querré vender? Solo el tiempo podrá responder a esa pregunta.  



lunes, 22 de febrero de 2016

Bienvenidos al imperio del petrodólar





La hace un par de semanas hice mi primera incursión por el Middle East, tierra abundancia, rascacielos, camellos, arena y petróleo, mucho petróleo. Dónde la ostentation roza el nivel de lo sagrado.

La primera visita fue bastante fugaz, apenas tres días en Kuwait, conocida como Q8 entre los locales y otro tanto en Dubai. Sin tiempo para turismo ni muchas investigaciones. Primera toma de contacto con mi próximo destino, ¿Cómo sería?

Pues al final me llevé una impresión relativamente buena, supongo que tiene que ver con tener las expectativas por los suelos. No es que el país sea nada del otro mundo, con lo feliz que estaba yo en Sudáfrica!!!! Pero bueno es mejor que lo esperado.


Hoy no me voy a extender mucho, ya vendrá un post totalmente dedicado a cada una de las ciudades, o de lo poquito que pude ver de cada una de ellas!

lunes, 8 de febrero de 2016

Aventuras


Aventuras, aventuras y más aventuras, vuelvo a subirme a unos cuantos aviones, pero esta vez para “poner cara” a mi nuevo destino para los próximos meses, estreno dos países y un nuevo continente, ¿quién da más?. 

Reconoceré que me da pereza volver arrancar y retornar a mi rutina de vuelos, vuelos y más vuelos pero bueno es lo que toca y al final también tengo mis alicientes ;)

Veremos si el nuevo destino cumple mis casi nulas expectativas! 

miércoles, 3 de febrero de 2016

Dos meses



Ya han pasado algo más de dos meses desde que salí de Sudáfrica y ¿cómo ha sido mi vida desde entonces? Pues bastante tranquila, disfrutando de la vida de oficina, en casa, con la familia y con mis niños peludos.

Supongo que la pregunta del millón es ¿echas de menos la vida en RSA? Sí, no diré que la echo de menos cada minuto, pero sí un poquito cada día.

Tengo que reconocer que cuando llega el momento de subirme al coche, aún tengo que pararme a mirar a qué lado está el volante y cuando me toca hacer un giro tengo que pensar dos veces cuál es el lado por el que tengo que conducir.

También reconoceré que muchas veces abro esa caja en la que guardé algunas cosas a mi vuelta, solo porque aún conserva el olor de mi casa y así puedo tele-transportarme a otros tiempos.


No me malinterpretéis, soy feliz en Asturias y disfruto de cada minuto que paso aquí, pero como víctima del síndrome de viajero eterno, echo de menos mi otra vida, la de viajera aventurera, el no saber qué animales me encontraría camino de la oficina, la arena roja del Kalahari, los cielos estrellados en los que se distingue la vía láctea del primer vistazo. Echo de menos todo lo que dejé allí, mis cosas, mis otras familias, mi gente…

Pero bueno esta vida se compone de distintas etapas y por lo tanto lo que queda es disfrutar del tiempo que me queda en Asturias que es también efímero y tremendamente valioso.