lunes, 25 de enero de 2016

Estadio Moses Mabhida




Como comentaba en el post anterior cuando ya nos íbamos de Durban, decidimos hacer una parada en el estado Mosses Mabhida, uno de los construidos en el país para el mundial de fútbol del año 2010.


Cuál fue nuestra sorpresa cuando descubrimos que no solo se puede visitar el estadio sino que hay un montón de actividades molonas.



Nosotros decidimos empezar con un Segway tour en el estadio. El tour eran unos 45 minutos y costaba 190 Zar por persona así que no dudamos ni un minuto a la hora de lanzarnos a la aventura.


Una vez nos enseñaron a utilizar los aparatitos nos lanzamos a la conquista del estadio. 


La verdad es que la visita merece mucho la pena, además de llevarte a varios sitios en los que tienes muy buena vista panorámica del estadio, nos llevaron a un pequeño recorrido por dentro del mismo mientras nos daban algunas explicaciones de su construcción así como de su corta historia.


Cuando acabamos nuestro tour, nos decidimos a subirnos al Skycar, un ascensor que te lleva a lo más alto del estadio dónde hay una terraza acristalada desde la que se puede disfrutar de las vistas de Durban. 



La subida en sí misma es bastante espectacular ya que se hace en un ascensor totalmente transparente que se desliza por una de las vigas del estadio.



Por ultimo comentar que nosotros no tuvimos que esperar cola para acceder al ascensor y que los hay con bastante frecuencia. El precio del viaje, 60 Zar por persona, una ganga!

lunes, 18 de enero de 2016

Durban




Como comentaba en el último post, a principios de Noviembre hice un viaje por Sudáfrica que sin saberlo, resultó siendo el de despedida.

Parte de nuestro itinerario fue Durban y alrededores que, aunque ya me habían advertido que no merecía demasiado la pena, no me resistí a hacer una pequeña visita a esa parte del mundo.

La visita a Durban fue bastante fugaz, ya que apenas nos acercamos a la ciudad medido día y la verdad, no sé si fue porque el tiempo no acompañaba, pero ni me gustó ni repetiría.

El paseo de la playa, bastante feo anticuado y con una reminiscencia a Benidorm, lleno de edificios altísimos. Además el paseo marítimo daba la impresión de desangelado, sucio e inseguro. Tal vez con un día de sol la impresión hubiera sido distinta, pero sinceramente ese día NO!



Ni nos molestamos en bajar del coche y nos fuimos directamente a nuestro objetivo, Ushaka Marine World, una especie de centro comercial al puro estilo Waterfront de Cape Town, pero este con un aire un poco más tribal.

En general el complejo se organiza alrededor de un acuario, y tiene también área de centro comercial y de restaurantes. Lo que más llama la atención es el barco mercante reconvertido en restaurante que tienen en medio del parque, Sí, en tierra firme!



Nosotros teníamos el objetivo claro, queríamos ir al Moyo on the pier, el moyo que está en un dique en la playa. 



Aunque llamamos con antelación para confirmar que estaban abiertos, cuando llegamos nos encontramos con que estaban aún limpiando el local, los camareros sin saber qué hacer y la música a tope, vamos de todo menos listos para dar desayunos. 

Aún así nos atendieron y no desayunamos del todo mal, aunque tengo que reconocer que no fue el desayuno más agradable del mundo.

Tras el desayuno, sacamos unas fotos y nos fuimos a dar una vuelta por el Ushaka World, para acto seguido hacer una pequeña incursión por el centro de la ciudad, eso sí, en coche.



Tras nuestra cuanto menos fallida incursión en el centro, que estaba bastante animado, pero que una vez más no tenía nada especialmente llamativo. Nos fuimos a hacer nos unas fotos en el estadio Moses Mabhida, uno de los estadios que construyeron en el país para el mundial de futbol, y para nuestra sorpresa descubrimos que tenían muchas actividades de las que os hablaré en el próximo post.


lunes, 11 de enero de 2016

High Tea, Oyster Box Hotel




Año nuevo, vida nueva y recupero mi propósito de revivir el blog que desde mi vuelta a casa está un poco olvidado.

Para ello hoy tiro de uno de mis pesos pesados, un lugar que me enamoró cuando lo conocí hace unas semanas en mi “viaje de despedida” (hasta nuevo aviso) del continente africano que tanto he llegado a querer en estos meses.

Hoy os voy a hablar del “high tea” del Oyster box, el hotel más IN de todo Umhlanga Rocks.


Investigando por internet en busca de cosas para hacer los dos días que pensábamos pasar en los alrededores de Durban, dimos con información sobre esta experiencia única e indispensable si estás por la zona.



Por 200 ZAR cabeza te garantizas el acceso al hotel, que ya en sí es una pasada, así como una comida/merienda digna de reyes. 

Importante la ropa, hay que ir bastante arreglado, tampoco es necesario el traje y la corbata, pero casi! Nada de pantalones cortos ni de chanclas.


Los horarios de las 14:30 a las 17:00, es importante reservar con la mayor antelación posible ya que yo llamé más de un mes antes y no pude ir el día que quería.

En primer lugar destacar que el hotel es indescriptible y el “Palm Court” en el que sirven el té es tan bonito que intimida.


La mesa decorada con mucho gusto y las sillas extremadamente cómodas. Nada más sentarnos nos ofrecieron copas de champán para que pudiéramos disfrutar mientras acababan de preparar la mesa del buffet.


Sobre la mesa de la comida ¿qué puedo decir? cualquier adjetivo se queda corto, no hay palabras para describir la presentación, los colores y la completísima variedad de comida que ofrecían.


Empezamos despacito y con buena letra, probando un poquito de casi todo y tratando de no llenar nuestros platos del todo ya que era más bien una carrera de fondo. La comida no solo no se agotaba sino que la reponían y seguían sacando algunas cosas más mientras comíamos.



Al final, nuestro “high tea” duró casi dos horas en las que comimos hasta casi reventar y alguno llegó a probar todas y cada una de las tartas que había (EJEM). Cuando nos levantamos de nuestros cómodos sillones no sabíamos si caminar o rodar.



Sin lugar a dudas es una experiencia digna de ser disfrutada si estás en la zona, yo me plantearía ir solo para repetir!!!!!



Decir que aunque el tiempo no acompañara, el hotel es impresionante, y está lleno de terrazas, bares y restaurantes de distintas temáticas para todos los gustos y aunque no sean baratos precisamente, sí son asequibles para darse un caprichillo de vez en cuando.