miércoles, 3 de febrero de 2016

Dos meses



Ya han pasado algo más de dos meses desde que salí de Sudáfrica y ¿cómo ha sido mi vida desde entonces? Pues bastante tranquila, disfrutando de la vida de oficina, en casa, con la familia y con mis niños peludos.

Supongo que la pregunta del millón es ¿echas de menos la vida en RSA? Sí, no diré que la echo de menos cada minuto, pero sí un poquito cada día.

Tengo que reconocer que cuando llega el momento de subirme al coche, aún tengo que pararme a mirar a qué lado está el volante y cuando me toca hacer un giro tengo que pensar dos veces cuál es el lado por el que tengo que conducir.

También reconoceré que muchas veces abro esa caja en la que guardé algunas cosas a mi vuelta, solo porque aún conserva el olor de mi casa y así puedo tele-transportarme a otros tiempos.


No me malinterpretéis, soy feliz en Asturias y disfruto de cada minuto que paso aquí, pero como víctima del síndrome de viajero eterno, echo de menos mi otra vida, la de viajera aventurera, el no saber qué animales me encontraría camino de la oficina, la arena roja del Kalahari, los cielos estrellados en los que se distingue la vía láctea del primer vistazo. Echo de menos todo lo que dejé allí, mis cosas, mis otras familias, mi gente…

Pero bueno esta vida se compone de distintas etapas y por lo tanto lo que queda es disfrutar del tiempo que me queda en Asturias que es también efímero y tremendamente valioso.

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