lunes, 25 de agosto de 2014

Stellenbosch




Como comentaba en el post anterior, durante los próximos días me toca ir contando poco a poco mi último viaje.

La primera parada fue Setellenbosch, la “capital del vino” y ciudad universitaria por excelencia, ya que alberga una de las mejores universidades del país. Este fue el lugar elegido para encontrarme con mis amigas que ya llevaban casi una semana de periplo por RSA. 

El viaje desde Upington fue largo, es lo que tiene vivir en el medio de la nada, aunque si tengo que ser sincera no tanto como cabía esperar, ¿será que me estoy acostumbrando?. Tras 10 horas y como mil “Stops and Go” (paradas en la carretera por obras), entrabamos en Stellenboch. Una paradita en el Mcdonalds (el primero desde navidades Yummy!) y caminito del hotel.

El hotel que cogimos, Winelands Golf Lodges, del que os hablaré esta semana, estaba a unos 10 minutos en coche del centro y la verdad es que era ultra agradable! Fue un gran acierto.



Como ya he comentado Stellenboch es la capital del vino por lo que los alrededores de la ciudad son básicamente viñedos y bodegas, así que, ¿qué mejor actividad de ir a una cata de vinos? Nosotros nos decantamos por las bodegas Spier, ya que era una de las más recomendadas en las guías y a eso dedicamos el sábado por la mañana. 

Por la tarde, cuando llegaron mis amigas, dimos un mini paseo por la ciudad, de la que salvo por la calle principal (Dorp Street) no hay mucho que ver. Stellenbosch es una de las ciudades más antiguas del país, y eso es claramente visible en la arquitectura de las casas históricas que aún se mantienen en pie.





Para cenar estábamos un poco perdidos ya que ninguno de los sitios que recomendaban las guías tenían buena puntuación en trip advisor, así que recorriendo la ciudad dimos un un pequeño local lleno de estudiantes y tenía una de las variedades de pizza más estrambóticas y sorprendentes que he visto en mucho tiempo. su nombre: SGT Pepper. Sin lugar a dudas fue un gran acierto.



Tras la cena nos fuimos a celebrar nuestro reencuentro en un bar que habíamos visto de pasada, El Nu Bar (gran coincidencia ya que una de mis amigas se llama Nuria), así que allí nos pegamos unos bailes y con la misma nos fuimos a la cama que estábamos que no podíamos con el alma!



El resumen de Stellenbosch, una ciudad bonita para pasar algunas horas o incluso una noche, pero sí es cierto que poco más hay que hacer fuera de las visitas a los viñedos.

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