La siguiente parada en el itinerario de nuestro viaje del fin de semana fue Knysna, un pequeño pueblecito en la había del mismo nombre y que habíamos oteado desde una de las montañas que rodean la bahía. Es uno de los principales destinos de veraneo del país, por lo que no falta alojamiento en diversos puntos de la bahía. Nosotros optamos por el Rex Hotel, unos apartamentos que están en el centro de la ciudad y que aunque no fueron baratos, tenían muy buena pinta.
Nada más llegas a Knysna nos dedicamos a investigar el entorno y la primera parada fue Thensens Island, una isla unida por un puente a la ciudad y en la que las casas son de madera de colores claros. Allí te puedes encontrar de todo, tiendas, restaurantes, alojamientos, casas y lo mejor de todo es que se respira un aire de veraneo permanente. Tras dar una vuelta y sacar algunas fotos nos fuimos rumbo a la ciudad al “Waterfront”.
El Water Front es un tipo de centro comercial que se estima mucho en las ciudades de costa. Es un centro comercial en primera línea de playa, tiene ambiente marinero y se compone de pequeñas tiendas y restaurantes de uno o dos pisos máximos. Los “Waterfronts” que no están justo en la costa (por ejemplo Port Elisabeth) tienen lagos dentro, los que están justo en el mar se estructuran entorno al mismo (Knysna). En este caso incluso tenía amarres para barcos.
Tras una pasada rápida por el hotel y una cerve en el Waterfront, nos fuimos paseando tranquilamente a cenar al “Freshlines Fisheries” un restaurante que nos habían recomendado. No se si os habéis percatado de la palabra paseo, y es que una de las razones por las que me enamore de Knysna (además de porque está en el mar, las casas con bonitas, la ciudad está limpia, tienen un montón de barcos, vegetación en abundancia, etc) es porque se puede pasear!!!
Por último, para acabar el día y ya que era viernes por la noche, a pegar unos bailoteos a Zanzibar!
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