domingo, 22 de febrero de 2015

Table Mountain




La visita a la Table Mountain es una auténtica lotería. El tiempo en Cape Town es bastante inestable y lo primero que se resiente es la cumbre de esa montaña que se considera el emblema de la ciudad. 

Es posible que te pases una semana en la península y que no tengas la oportunidad de ver la cumbre, sino un muro de piedra que se pierde entre un montón de nubes.



El segundo problema a la hora de visitar la table mountain es el viento. Para subir a la cima hay un teleférico por lo que cuando hay mucho viento (algo también muy habitual en el cabo) cierra. Me llamó la atención que en la misma estación del teleférico hacen hincapié en que, si cuando estás en la cumbre empiezas a oir la sirena, te dirijas a la mayor brevedad posible a la estación del teleférico, ya que es el aviso de que se acerca viento y si no logras subirte al teleférico a tiempo, tienes que bajar caminando y el paseo no es precisamente una broma.



Fuera de todo esto, de los 4 días que estuvimos en Cape Town, la Table mountain estuvo despejada y sin viento un día, así que sin dudarlo ni un minuto nos encaminamos para allá.



Para visitar la ciudad nosotros habíamos optado por hacer la ruta roja del bus turístico, que nos llevaba a las zonas que nos parecieron más significativas. El abono para un día cuesta 170 ZAR y se le compra al mismo conductor al que se le puede pagar con tarjeta. 

En cuanto emprendimos la ruta de los City Tours me alegré enormemente de habernos decantado por esta opción para visitar la ciudad. Si bien, te da menos libertad, te explican perfectamente lo que ves a tu paso y lo que desde mi punto de vista fue el motive definitivo te evitas conducir en el anárquico tráfico del centro de Cape Town, solo de verlo me daban sudores! Y para qué negarlo, no me sentía capacitada para meterme con el monstruo y conduciendo por la izquierda en medio de toda esa vorágine!



Volviendo a la visita a la Table Mountain. El autobús tiene parada en la estación del teleférico y las entradas te las vende el mismo conductor (225 ZAR por persona).



Evidentemente después de tantos días con la Table Mountain nublada y con mucho viento, había bastante cola para subir. 



Destacar que hay dos colas, la de la gente que va con la entrada previamente comprada, bien en internet o en el City Tours de Cape Town (autobús turístico) y los que tenían que comprar la entrada allí. Recomiendo encarecidamente llevar la entrada comprada por anticipado porque la cola de la gente que compraba allí la entrada era significativamente más larga y mucho más lenta.



Pues, nada, tras una larga espera, por fin “disfrutamos” de nuestros escasos 5 minutos de ascenso, digo disfrutar porque para los no amantes de las alturas el asenso es tremendo. De todos modos, el sufrimiento merece la pena. 




En cuanto sales de la cabina tienes Cape Town y gran parte de la península  en toda su magnitud a tus pies.



Sin lugar a dudas un MUST SEE!

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