viernes, 13 de febrero de 2015

Gaikou Lodge




En nuestro paso por Swellendam hace un par de meses, buscamos algún sitio agradable en el que dormir. La idea era algo no muy caro ya que se trataba de una parada técnica a la que llegar por la tarde y salir por la mañana, sin tiempo a disfrutar ni del alojamiento ni del pueblo.



Al final acabó siendo un error y es que el pueblo resultó ser encantador, aunque no tuviéramos apenas tiempo de recorrerlo, y el hotel uno de los mejores de todo el viaje.

El Gaikou Lodge se trata de un hotel, bastante nuevo, organizado en pequeñas casitas en una finca enorme al pie de las montañas que rodean Swellendam.




Nosotros ocupamos una casita de dos habitaciones y una habitación individual. Ya desde fuera las casitas prometían, pero por dentro eran impresionantes, como un mini piso a estrenar y puesto a capricho. 

Dos de las habitaciones tenían cama de matrimonio Kingsize, super cómodas, llenas de almohadones y con un nórdico súper gordito, la otra tenía dos camas igual de cómodas.



Además el baño y la habitación estaban separados por una bañera tamaño gigante y el hotel tuvo la deferencia de dejar velas y cerillas para encenderlas.



Tras salir a cenar reconozco que no pude resistir la tentación de prepararme un baño calentito antes de meterme en la cama.



Tengo que destacar que al hotel no le faltaba detalle, los lazos en las toallas, las palomitas y las chuches en el salón por si te animabas a ver una peli…..



El desayuno a la mañana siguiente no defraudó. Además de los tradicionales huevos, bacon y demás, teníamos un montón de cosas dulces buenísimas (de esas que escasean en los desayunos de este país) para escoger.



Para mi gran pena tuvimos que salir a primera hora de la mañana, sin oportunidad de conocer más en profundidad el pueblo ni la finca, pero está en mi lista de sitios a los que volver con un poco más de tiempo.



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