martes, 17 de junio de 2014

East Head Café (Knysna)




Ayer fue fiesta nacional en RSA y como siempre que tenemos long weekend, nos hemos cogido el coche y nos hemos cruzado el país de lado a lado destino: Knysna (por segunda vez). Ya que teníamos un par de días libres, me apetecía un poco cambiar de destino pero las cosas salieron así y cualquier sitio fuera del Northen Cape es más que bienvenido.

En esta visita descubrí un sitio nuevo del que me enamoré, el East Head Café. Está en una zona que se llama "the Heads" y tiene unas vistas espectaculares a una zona que se llama "Knysna Heads" (la salida al mar de la bahía). 

La bahía de Knysna es una laguna impresionante, con dos islas unidas la costa por medio de puentes. Tiene su salida natural al mar entre dos grandes acantilados las llamados “Knysna Heads”. La salida al mar es bastante peligrosa a causa de las olas y las corrientes, hasta tal punto que en el caso de hundimiento, las aseguradoras de los barcos te cubren o bien dentro de la había o fuera, pero no en la salida, tal vez las fotos os den algunas pistas de los motivos.





Una vez explicada un poco la historia de la zona, toca volver al tema del post, el East Head Café. Es un sitio con unas vista impresionantes sobre las “Knysna Heads” y tanto desde el comedor interior como desde la terraza se puede disfrutar de una agradable comida con vistas.







El local es increíblemente acogedor, decorado en tonos blancos, con cojines en las mesas... Dado que aquí es invierno, tenían encendida una pequeña chimenea que hacía el ambiente aún más acogedor. Además había una zona como de tienda en la que se podían comprar panecillos de distintos sabores, yo me llevé de chocolate negro y nueces, veremos qué tal están.



Los camareros, muy agradables y eficientes (algo a lo que no estoy acostumbrada en este país).

La carta, no demasiado amplia, pero con lo necesario, sándwiches, hamburguesas, ensaladas y algo de pescado. Además en local tenían una pizarra con varios platos fuera de carta. Me sorprendió bastante que tienen casi una carta más amplia de desayunos que de comidas. Lo que sí que puedo decir es que estaba todo impresionante! 




Os dejo foto de la hamburguesa:



Y los "mini" calamares:



Apetece meter el diente, ¿verdad?

Me sorprendió que en la carta tuvieran sangría así que nos lanzamos al agua y la pedimos. Si bien la presentación era muy buena (con trozos de fresas) no se puede decir lo mismo del sabor ya que además de estar muy fuerte, el vino era demasiado seco.



Después de comer, ya que el calor dentro era un poco agobiante nos fuimos a acabar nuestras bebidas a la terraza. Los camareros nos secaron y prepararon una mesa (la lluvia no perdonó nuestro long weekend) y nos pusieron mantas para que pudiéramos sentarnos sin mojarnos.

De precio la verdad es que muy bien, 1.200 ZAR (propina incluida) en una comida para 8 personas.

Sin lugar a dudas un sitio para volver!!!


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