Y ahora ¿qué es casa?

El sábado, en una cena que organicé con otros compañeros españoles en el exilio, salió a relucir la pregunta del millón ¿qué es casa? 

Hace unos años que empecé a rodar por el mundo y me empecé a plantear esa pregunta y a día de hoy sigo sin encontrar una respuesta que me satisfaga.

Definitivamente, y de eso estoy segura, no es casa esa habitación en el campamento que ocupo de lunes a viernes. Bien, una descartada. Solo nos quedan dos.

Hace casi dos años abandoné de prisa y corriendo mi caja de cerillas del Barrio de las Letras. Adoraba ese piso. Era una enanez, pero a pesar de su tamaño y del poco tiempo que había vivido en él en el momento de hacer la mudanza de vuelta a la tierrina, con la ayuda inestimable de mi Moon, llené de trastos unas cuantas cajas que se encuentran a día de hoy en desván de casa de mis padres, 

¿puedo considerar la casa de mis padres como casa? a fin de cuentas es dónde más años he pasado de mi vida, sigo teniendo mi habitación llena de recuerdos de la adolescencia y es el lugar de reunión de la familia cada vez que tengo oportunidad de ir unos días a la tierrina…. podría ser…. 

Por otro lado tenemos como posibilidad esa casa que alquilo en Upington para pasar poco más que los fines de semana con mi pareja, ¿se puede considerar casa? Allí hay muebles que he comprado, la mayor parte de mi ropa, recuerdos y también alguien que me espera los sábados. ¡Qué dilema!

Pues por muchas vueltas que le he dado al tema de forma recurrente a lo largo de los años, creo que la única respuesta que se puede dar a esta pregunta la expresión “home is where the love is” (hogar es dónde está el amor) y qué razón tiene!!! Unas veces casa es Upington, otras veces casa es Gijonín. 

Los fines de semana vuelvo a casa, pero sin lugar a dudas, tengo claro es que cuando sobrevuelo los Picos de Europa cantando por lo bajinis el Asturias de Victor Manuel, porque reconozco que no falla, también estoy volviendo a casa, y no hay forma de borrarme la sonrisa de la cara.