Este sábado nos hemos ido al Thuru Lodge, cerca de Groblershoop, una reserva privada de caza. Nosotros, que lo de la caza no nos apasiones, fuimos para hacer una visita guiada por el parque y ver algunos animalillos, especialmente “rinos”!
El sitio en sí es increíble. Es un Lodge de lujo y muy bien equipado que te encuentras tras 11 kms por una pista de tierra que parece que no lleva a ninguna parte. Según llegamos nos recibieron con un coctel de bienvenida y nos dejaron utilizar la piscina, que sinceramente es espectacular. El hotel se organiza en torno a un patio central con un jardín y una piscina de fondo gris oscuro. Tras un rato en la piscina, nos subimos a la camioneta (la típica de las pelis) para hacer el “game ride”, parecía que íbamos en el bus del cole.
Sinceramente el paseo fue más odisea que otra cosa ya que se nos estropeo dos veces la camioneta y la segunda no pudieron ni arreglarla. De todas formas eso hizo que el viaje fuera aún más emocionante.
La primera vez que se paró el coche, no fue muy agradable precisamente, después de una hora y algo de trayecto, casi en la otra punta del parque y con el sol pegándonos aún a plena potencia. Finalmente después de casi media hora de canciones y montar jaleo (la verdad es que nos lo tomamos por el lado bueno) el conductor logró volver a arrancar el coche y nos llevó de vuelta a toda pastilla hacia el Lodge.
Casi llegando al logde, hizo una parada al pie de una duna y nos dejó bajar, animándonos subir a lo alto. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que justo arriba del todo nos esperaba un camarero con pajarita y todo con un mini bar dispuesto hasta con jarrón!. Con lo sedienta que estaba empecé a plantearme si no sería un espejismo, pero no. Todo tipo de bebidas, desde agua hasta vodka, pasando por zumos, refrescos y cervezas y dos platitos con queso y galletitas a modo de aperitivo. La idea está pensada para que puedas ver el atardecer desde la duna, pero el imprevisto, nos retraso y el sol ya había desaparecido cuando llegamos.
Cuando volvíamos finalmente al Lodge y sin ver a los rinos (decepción monumental) se nos estropeó otra vez el camión, pero esta vez de noche aunque solo a unos 2 km del Lodge. Tras ver que esta vez no arrancaba, vinieron a buscarnos en 4x4 pequeñitos y nos fueron recolocando. El que me tocó a mí fue una especie de carrito de golf adaptado a 4x4 que tenía tres asientos elevados y sin techo y otros dos abajo (junto al conductor). La verdad es que ir con el viendo dándote en la cara y viendo las estrellas que en esta parte del mundo se ven increíblemente bien, no tuvo precio. Además justo de la que llegábamos al logde vimos a los famosos rinocerontes!!!!!! Fue de lejos, de noche y no les puse sacar ni una mísera foto, pero son impresionantes!
A pesar de todos los imprevistos, se puede decir que lo pasamos muy bien y que vimos algunos animalillos.