lunes, 18 de noviembre de 2013

El viaje




Hay viajes que parece que es mejor no emprender. Si hace un par de semanas escribía feliz como una perdiz porque me iba a casa, la alegría me duró más bien poco, el tiempo que tardé en llegar a OR Tambo, aeropuerto internacional de Johanesburgo, cuando descubrí que mi vuelo de Air France estaba retrasado, concretamente 12 horas. Esto suponía hacer noche en Joburg, salir a las 7 de la mañana, que me re-colocaran en otro vuelo de Air France y que no tuviera enlace a mi llegada a Madrid, lo que suponía hacer noche y llegar a casa un día más tarde de lo esperado.

Afortunadamente, logré que me re-colocaran en un vuelo de KLM que salía solo 3 horas más tarde que mi vuelo inicial, lo que me permitía coger el último avión Madrid-Asturias del día y llegar a casa con solo unas horas de retraso y encima en facturación me enviaban ya la maleta hasta Asturias directamente. Tras esas buenas noticias me dediqué a matar las horas hasta que saliera el avión. 



A medida que me acercaba a Schipholl me iba poniendo cada vez más nerviosa, conozco ese aeropuerto y se de sobra que es enorme. Tenía una hora de reloj para hacer el cambio de un vuelo a otro. Evidentemente por mucho que corrí y me salté las colas de todos los controles no logré coger el enlace. Así que nuevamente me re-colocaron en otro vuelo de KLM que salía un par de horas más tarde y que aún me permitía enlazar en Madrid.

Cuando ya aterricé en Asturias y más impaciente que otra cosa por ver salir mi maleta para echar a correr a dar besos y abrazos a todos, se cumplió uno de mis mayores temores, mi maleta no salió por la cinta. Tengo que reconocer que tardaron pronto en localizarla y mandármela a casa, pero estaba claro que en este viaje no podía salir nada bien.

De todos modos, como volver a la tierrina y estar entre los tuyos no hay nada, incluso ese infierno de viaje mereció la pena!

No hay comentarios:

Publicar un comentario